Dicen que si te esfuerzas por llegar a trabajar en aquello que siempre has soñado y lo consigues, no tendrás que volver a trabajar en tu vida. Esas frases tan típicas del neoliberalismo actual sirven como acicate para que pensemos que todo depende de nosotros y nuestro esfuerzo. En gran parte es así, eso no lo vamos a dudar, pero basta con echar un vistazo alrededor para entender que hay gente que ha conseguido cosas por otros motivos. La meritocracia es maravillosa sobre el papel, pero a la hora de la verdad no se ajusta tanto a la realidad como parece. Porque el éxito de una persona en el mundo laboral depende de su esfuerzo, su formación y sus decisiones, pero también de otros muchos factores que no siempre controla. ¿Y toda esa gente que perdió su empleo por culpa de una crisis económica o de una pandemia, como hace un par de años? La enseñanza que sí vale la pena sacar de esa frase es la de seguir nuestra vocación, la de encontrar algo que realmente nos haga disfrutar de la vida.
El trabajo va a exigirnos normalmente un tercio de nuestro tiempo. Para muchos es algo ineludible como única forma de poder tener independencia y pagar las facturas. Para otros, sin embargo, puede llegar a ser una verdadera bendición. Hay quien disfruta en su laburo, incluso cuando tiene que levantarse pronto o quedarse hasta tarde, porque le encanta lo que hace. Y no nos referimos solo a aquellos empleos cómodos y bien pagados. También hay mecánicos, conductores o incluso albañiles y trabajadores de fábrica que realmente disfrutan de lo que hacen. El trabajo perfecto es aquel en el que te encuentras valorado, en el que sientes que tienes algo provechoso que hacer, y te encanta esa sensación. Muchos miran con envidia a los actores porno, por ejemplo, ya que su trabajo consiste literalmente en disfrutar del sexo. Pero también hay una parte menos buena en este negocio, siendo como es una industria que mueve tanto dinero, y con ello, intereses muy oscuros. No todos pueden llegar a ser estrellas del porno, pero aquí te vamos a desvelar los secretos para conseguirlo.
Un trabajo complejo pero excitante
Existen trabajos que llaman mucho la atención por su complejidad, por su desarrollo o por lo diferentes que son de los empleos más comunes y habituales. El ser una estrella del porno es desde luego uno de los más llamativos, ya que estamos hablando de personas que se dedican a tener relaciones sexuales delante de las cámaras.
La pornografía es tan antigua como el propio cine, así que a estas alturas deberíamos estar ya acostumbrados a ella, más cuando en las dos últimas décadas se ha expandido muchísimo gracias a Internet. Las grabaciones de escenas explícitas son la parte primordial del trabajo, pero no la única, como vamos a comprobar en este artículo. Las estrellas del porno debenprepararse muy bien, tanto física como psicológicamente, para un oficio tan demandante y especial.
El atractivo físico es indispensable
Está claro hay empleos en los que el atractivo físico puede marcar la diferencia. Por más que intentemos convencernos de que no somos superficiales y que lo verdaderamente importante está en el interior, a todos nos gusta ver a gente guapa. El eufemismo de “buena presencia” ya se ha vuelto habitual en las ofertas de todo tipo de trabajos, especialmente de cara al público. En el mundo del porno, el atractivo físico es una de las cualidades indispensables que cualquier persona que quiera dedicarse a esto debe poseer. De hecho, la práctica totalidad de los actores y actrices se podrían considerar atractivos. Solo que la belleza o la sensualidad son conceptos bastante subjetivos, porque cada cual tiene sus propios gustos.
Esto ha hecho que el porno sea cada vez más abierto en cuanto a la contratación de personas con un atractivo especial. Si en los 80 y 90 había un canon muy marcado, especialmente entre las actrices, hoy en día la industria puede presumir de ser mucho más diversa. De hecho, esto responde al final a la necesidad de adaptarse a los variados gustos de los espectadores. Más que belleza canónica, lo que las estrellas del porno deben tener hoy en día es ese carisma que las haga especialmente sexuales. El cuerpo no importa tanto como la propia actitud. Pero está claro que las mejores y más populares actrices suelen ser chicas guapísimas y esculturales, porque al final todo se basa en este tipo de cualidades físicas. Nos gusta ver a gente bonita teniendo sexo en la pantalla, eso es así.
Mucho morbo ante la cámara
¿De qué va realmente el porno? De generar morbo y deseo en aquellas personas que lo ven. Lo explícito de este tipo de escenas tiene que ver precisamente con mostrar de forma clara aquello que pocas veces se ve. Hay películas comerciales que tienen momentos muy eróticos y morbosos, pero nunca muestran el verdadero sexo explícito ante la cámara. La pornografía sí que cruza ese límite, y eso hace que el morbo sea aun mayor. El porno se puede definir como la sublimación de las fantasías sexuales, mayoritariamente masculinas. Por eso, los actores y actrices deben provocar ese deseo, encender esa chispa en cada uno de sus movimientos.
De ello depende que sigan o no en la industria. Hay chicas muy hermosas que no han conseguido llegar lejos precisamente porque no todo el mundo está preparado para tener ese tipo de relaciones delante de la cámara. El atractivo debe estar, pero no puede ser lo único. De hecho, hay chicas que, sin ser tan hermosas, han logrado una carrera larga y muy importante porque se atreven con todo ante la cámara. En un mundo tan competitivo como es el porno, una actriz debe estar preparada para cualquier cosa, incluso las prácticas que las demás se niegan a hacer. Tener esa versatilidad facilitará que puedas trabajar mucho más, con todo tipo de compañeros, en escenas muy variadas y con muchas productoras. Este es el camino del éxito para cualquier chica que quiera dedicarse al porno. Dejarse la piel en cada escena siempre trae buenas consecuencias.
Estrellas uruguayas del porno
Siendo sinceros, Uruguay nunca ha destacado especialmente en la industria del porno en Latinoamérica. De hecho, no existe una industria como tal en el país, más allá de los intentos de alguna que otra productora semiprofesional. Cuando una chica quiere dedicarse a este negocio normalmente se muda de país, siendo Argentina el destino más común, o incluso cruza el charco hasta España.
Las mayores estrellas del porno uruguayo, como Carol Vega, Katrina Moreno o Kamila Díaz están actualmente trabajando fuera de nuestras fronteras, ya que es donde obtienen oportunidades. Algunas de ellas, de hecho, también han dado el salto a Estados Unidos, gran meca del porno, donde solo llegan los mejores. ¿Significa esto que no hay buenas pornstars en Uruguay? Las hay, desde luego, pero no están respaldadas por una industria que les permita dedicarse por completo a ese trabajo.