A pesar de todo lo que se ha adelantado en estas últimas décadas, de todos los avances en cuestiones de libertad sexual, el porno sigue siendo un tema tabú para muchos. Y es que, con la excusa de dejarlo en la esfera de la “intimidad”, esta industria ha quedado abocada a conversaciones entre susurros. Apenas de habla de porno, más que con unos cuantos amigos y ya con un poco de alcohol en el cuerpo. Sin embargo, el contenido erótico es cada vez más consumido, en prácticamente todo el mundo. Internet ha supuesto una revolución absoluta para este negocio, como para tantos otros, y ahora encontramos una mayor variedad y una cantidad ingente de porno a nuestro alcance. Aunque la forma de llegar al espectador ha cambiado, la esencia del cine para adultos sigue siendo la misma. Se mantiene como una industria pensada principalmente para el consumo masculino, ya que el hombre es el principal espectador.
¿Significa eso que las mujeres no ven este tipo de películas eróticas? Ni mucho menos. De hecho, el consumo de porno entre mujeres está creciendo a pasos agigantados en estos últimos años. La liberación sexual sí que está permitiendo que las chicas no tengan ya tantos reparos a la hora de conectar con este tipo de cine. De hecho, cada vez son más las productoras y directoras que enfocan sus escenas hacia un público femenino, o al menos, más amplio que el de las películas comunes. El porno siempre estaba pensado para el placer sexual y erótico del hombre, y por eso las escenas se desarrollaban de una manera muy explícita. Las mujeres suelen tener otra forma de encenderse, basada más en la imaginación que en la propia imagen explícita. Por eso, las escenas pensadas para ellas eran totalmente diferentes, e incluso pueden resultar demasiado soft para los chicos. La demanda de este tipo de cine para chicas es cada vez mayor, y también se está dando un revulsivo de cine porno lésbico. Este género concreto es aún más especial ya que en él solo aparecen mujeres, pero siempre ha estado destinado al placer masculino. Las cosas están cambiando, y cada vez son más las actrices que incluso desarrollan sus carreras solo con estas escenas.
Una forma diferente de hacer cine X
El cine porno no solo ha visto incrementado su consumo en estos años, sino que también se ha ampliado muchísimo en cuanto a temáticas y géneros. Lo que antes era minoritario, en los años 80 y 90, ahora con Internet puede llegar a millones de personas que están encantados con ese tipo de “fetiches”. Y no es que las escenas lésbicas fueran precisamente un género de minorías en su momento, pero está claro que estaba muy lejos de ser el predominante. Había escenas de tríos donde las chicas también interactuaban entre ellas, además de con el actor de turno. Sin embargo, el cine porno cien por cien lésbico no era tan habitual. Hoy en día, esta categoría es una de las más buscadas por los usuarios, tanto hombres como mujeres. Esto permito a muchas chicas dedicarse por completo a este tipo de escenas.
Muchas actrices se consideran bisexuales
Hay algo que comparten todas las actrices porno del mundo, una condición sin la cual seguramente no estarían en este negocio: tienen la mente abierta en lo sexual. Para dedicarse a este tipo de cine debes despojarte de prejuicios, dejar atrás tus tabúes y lanzarte a disfrutar ante la cámara. Esa apertura sexual también tiene que ver con sus gustos en la cama. Si bien es cierto que hay mujeres algo conservadores capaces de ganarse la vida con el porno, realizando siempre el mismo tipo de escenas, la mayoría quieren explorar todas las opciones sexuales. De hecho, muchas actrices terminan considerándose bisexuales al tener escenas con otras chicas. No es extraño que en estos días, una principiante en el porno comience incluso haciendo solo escenas lésbicas.
Esto genera una mayor confianza a las chicas, ya que las escenas con hombres suelen ser más agresivas e invasivas. No decimos que todas las grabaciones vayan a ser así, pero cuando una chica entra nueva en este mundillo siente más confianza disfrutando con otra chica que con un hombre cualquiera. La mayoría de ellas ya han tenido experiencias bisexuales y lésbicas en su vida cotidiana, y es cierto que el porno tiene poco que ver con el sexo real, pero ya es un primer paso. Algunas actrices, de hecho, disfrutan mucho más con este tipo de escenas que con las de sexo heterosexual, por entender que son más originales, divertidas y novedosas. Además, provocan un morbo muy especial tanto en los espectadores masculinos como femeninos.
Por diversión, seguridad… e incluso amor
Las razones para que una actriz se dedique solo y exclusivamente a grabar lésbico pueden ser muchas. Tal vez simplemente se diviertan más de esta manera y prefieran dar esa imagen ante la cámara. El tema de la seguridad también es importante, ya que en muchos sentidos el riesgo de contagiarse de una ETS baja muchísimo en este tipo de escenas. Pasa lo mismo que con la propia seguridad física y corporal. Las escenas lésbicas suelen ser más suaves en cuanto a intensidad, y esto deja menos secuelas en las chicas. Por último, también se puede dar el caso de que la actriz en cuestión sea cien por cien lesbiana y no disfrute con un hombre. De esta manera, la única escena que la hará gozar de verdad es tener sexo con una mujer ante la cámara, así que no hay otra alternativa.
Las mejores actrices lésbicas
En la industria actual, el poder de las actrices lésbicas es cada vez mayor, aunque siguen estando bastante lejos del potencial que puede tener una Lana Rhoades o una Gabbie Carter en su momento. La popularidad de estas chicas crece como la espuma, pero si solo realizan escenas lésbicas, es cierto que no van a poder obtener un público tan amplio. Sin embargo, muchas prefieren quedarse en ese nicho y disfrutar más del porno, antes de acabar quemadas, como ocurre con muchas de sus compañeras. Uno de los mejores ejemplos es el de Lily Cade, una pelirroja natural que ha triunfado realizando solo escenas lésbicas, y que presume de ser una verdadera lesbiana en su vida cotidiana. Así resulta mucho más sencillo, por supuesto.
Actrices como Malena Morgan o Jelena Jensen, ya retiradas, también han demostrado que se puede llegar muy lejos en el porno siendo principalmente actrices lésbicas. Claro que ellas también han tenido escenas con chicos, pero su fama viene precisamente de las otras, aquellas en las que disfrutaban con otras mujeres. Dentro del espectro de “solo lésbicas”, la imponente Jenna Sativa es una de las que más destaca, por su carita de muñeca y su morbo en cada escena. Raven Rockette, un huracán de puro vicio y pasión con un cuerpo de escándalo, ha recibido también nominaciones a muchos premios gracias a estas escenas con otras chicas. Poniendo un poco de diversidad en el asunto, la latina Vanessa Veracruz también ha triunfado con sus escenas lésbicas, llamando la atención de todo el mundo.